Aunque mucha gente ha sido capaz de 
reconocer los trucos que usan los vendedores para que compremos, nadie 
deja de gastarse el dinero.
La 
gente parece entender cada vez mejor cómo las tiendas nos convencen para
 que compremos. Pero las tácticas se renuevan constantemente.
¿Por qué los dulces y los chocolates están 
siempre cerca de la caja en los supermercados? ¿Por qué los productos 
esenciales, como el pan y la leche, están siempre al fondo de la tienda,
 por lo que hay que recorrer un montón de pasillos para llegar hasta 
ellos?
¿Por qué las tiendas de perfumería y joyería están siempre en la parte delantera de los centros comerciales?
¿Por qué en algunas las luces están bajas? 
¿Por qué en otras hay que recorrer todo el local para encontrar un 
producto, en vez de facilitarte el acceso directo a lo que te interesa?
Aunque mucha gente ha sido capaz de 
reconocer los trucos que usan los vendedores para convencernos de 
comprar, nadie deja de gastarse el dinero.
“Cuando vamos de compras nos portamos como niños”, dice el experto en ahorro Martin Lewis.
“Tenemos que recordar que los negocios nos 
van a intentar convencer de que estamos comprando algo por menos dinero 
del que en verdad vale, cuando esto no es verdad. Su trabajo es hacer 
dinero y el tuyo, impedírselo”.
Un estudio sobre ahorro llevado a cabo por 
la BBC revela cómo el estímulo de compra afecta nuestra finanzas. La 
conclusión: su impacto es mucho mayor en nuestra capacidad para llegar a
 fin de mes que el conocimiento financiero, la educación, los ingresos y
 la clase social combinados.
Parte del problema es que los vendedores tienen siempre nuevas ideas para que gastemos. A continuación, algunas de ellas.
Desorden calculado
En vez de limpiar constantemente la tienda, 
algunos deciden hacer lo contrario: desordenan estratégicamente algunas 
zonas. Esto es una táctica para que algunos productos parezcan 
populares, como si mucha gente hubiese estado revolviendo los estantes 
en su búsqueda.
Y parece que esta táctica funciona bien 
entre los compradores más jóvenes. De acuerdo con el estudio, los 
menores de 21 son los más propensos a comprar de forma impulsiva.
Los jóvenes también están muy influenciados 
por aquello que compran los demás, dice Phillip Graves, experto en 
comportamientos de consumo.
“Buscan una identidad distinta de la de sus mayores. Quieren juntarse con otros a los que consideran sus pares”, añade Graves.

La estrategia de las rebajas es, aunque antigua, una de las que mejor funciona.
El problema de los adolescentes tiene una explicación biológica y una social.
“La parte del cerebro responsable de 
controlar los comportamientos impulsivos no se desarrolla hasta los 
primeros 20 años”, asegura Mark Fenton-O’Creevy, uno de los responsables
 del estudio y profesor en la Open University de Reino Unido.
El “poder” de la marca
Una consecuencia de los problemas 
financieros actuales de Reino Unido es que los clientes quieren sentir 
que están comprando calidad, incluso aunque no hayan experimentado 
ningún cambio en sus ingresos o estilo de vida, dice Graves.
El mensaje continuo de los medios de que el dinero es escaso ha creado un recelo inconsciente entre los consumidores.
La gente busca valor, pero también se quieren sentir bien con lo que compran, afirman los psicólogos de consumo.
“Cuando el dinero escasea no se trata solo 
de comprar lo más barato”, dice Joseph Staton, director de una firma de 
estudios de hábitos de consumo. “Se trata también de sentir que has 
tomado la decisión correcta”.
Esto ha causado problemas a las marcas 
económicas o marcas que llevan el nombre del supermercado. Aunque sean 
más baratas, llevan consigo un estigma.
Los supermercados están atacando el problema
 haciendo cada vez más confusa la línea entre productos “básicos” y 
otros de calidad media.
Las marcas han cambiado el lenguaje, e incluso a veces la palabra “ahorro” ha sido completamente borrada del producto.
Ahora se los vende como una elección 
“inteligente” y no solo barata. Difuminar la frontera entre las 
calidades de los distintos productos atrae a nuevos consumidores.

Las marcas de perfume se gastan mucho dinero en intentar atraer la atención del cliente.
“Los productos de ahorro han sido 
rediseñados para que la gente se sienta mejor al comprarlos”, dice 
Graves. “El de la venta es un juego de constante manipulación”.
Ofertas específicas
El mundo de los datos, la recolección y el análisis de la información a gran escala está ahora en boca de todos.
“Esta información viene de un variado número de lugares: transacciones financieras, fotografías digitales, posts en redes sociales, señales de GPS móviles y búsquedas en Google”.
Las compañías ya usan estos datos para 
personalizar ofertas a los clientes, pero ahora están planeando usar la 
geolocalización para mandar mensajes cuando los potenciales clientes 
pasen cerca de una de sus tiendas.
“Se trata de mejorar los datos de localización específica para hacer que la gente compre de forma impulsiva”, dice Stanton.
“Esto va sumado a servicio al cliente de 
alto nivel y ofertas personalizadas. Ya lo están haciendo las tiendas 
más avanzadas y rápidamente se extiende a las demás”.
Seguir la mirada
Las marcas libran continuamente una feroz 
lucha por atraer la atención del consumidor y por mantenerla. Uno de los
 recursos para conseguir esto es el “teatro de la venta”.
Esto consiste en sorprender al comprador y 
ofrecerle una experiencia, dice Paula Dowie, de la agencia de diseño de 
tiendas Ignite Design.
 
 
“Un buen diseño es también el que rompe los esquemas al comprador, haciendo que se fije y provocando que se quede más”, añade.
En el competitivo mercado de los perfumes, 
por ejemplo, mantener la atención es un reto. La gente se suele parar, 
probar e irse en cuestión de segundos. Ahora, marcas de lujo como Gucci 
están usando tecnología de rastreo de la mirada para mantener su 
atención.
Pantallas digitales detrás de los 
mostradores se activan cuando alguien agarra un frasco de perfume, 
enviando imágenes que seducen al curioso y potencial comprador. Se usan 
sistemas de rastreo de la mirada para juntar información y personalizar 
las imágenes. Y todo en cuestión de segundos.
“Algunos programas informáticos pueden 
recolectar información casi de forma instantánea”, dice Dowie. “Edad, 
género, qué es lo que estás mirando… ese tipo de cosas. Si eres una 
mujer joven o un hombre de mediana edad… las imágenes se adaptarán a 
ti”.
La experta añade que a medida que la 
tecnología se haga más barata, este tipo de sistemas se implementarán en
 todo tipo de tiendas.
Se trata de entretener y de hacer que la 
gente quiera ir a la tienda. Marcas como Apple o Top Shop (una tienda de
 ropa), son muy buenas en esto, dice Stanton. Durante la Semana de la 
Moda de Londres, Top Shop transmitió las pasarelas en vivo en su tienda 
de Oxford Street, en el centro de Londres.
“Se trata de un juego de adultos, de 
diferenciarse de otras tiendas y ofrecer música y arte como parte de la 
experiencia de compra”, concluye Stanton.
Visto en: Periodismo Alternativo
Fuente: BBC
 
 
  
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